4 de marzo de 2007

No Mirar

-Quiere decir -dijo Verónica- que la gente, la gente real, no es. Veo que a esta altura el café no te va a servir de nada. -Sirvió dos vasos altos de whisky con hielo y le dio uno a Esteban. -¿Cómo te puedo explicar? La gente, la gente real, nunca es. La gente está. Va y viene, y todo es según como, y desde dónde se la mire llegar o irse. La mayoría de las veces lo mejor es no mirar.
Esteban observaba fascinado los reflejos del hielo entre las marejadas de aquel líquido untuoso.
-No mirar.
Crónica de un Iniciado, Abelardo Castillo

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